viernes, 19 de marzo de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

Despabílate Argentina, que el horror amanece.




Despabílate Argentina, que el horror amanece.

Un escritor y poeta muy importante para el mundo cultural, yo diría imprescindible, dijo hace un tiempo: “despabílate amor, que el horror amanece” ¡Y como amanece! ¿No es cierto? Estamos en medio de la emergencia de una derecha sanguinaria que empuja toda su ponzoña por entre las piernas de la patria y, con insondable maltrato, acaba por desgarrarla. Estos tipos, descarados, nos vienen a convidar a mutilar la conciencia nacional, el sentido social y, mucho peor, vienen a saquearnos la memoria, con sus socios, los medios y sus miedos. ¡Cuidado! Es la derecha la que vuelve en el 2011, la que se va a dedicar a saquearnos nuevamente, además del dinero del banco, hasta el aliento.

Son estos tipos, los que arruinaron el país, los que le quitaron la dignidad, el espíritu. Es la derecha la que nos borro el lenguaje, la que sembró la ideología del fin de las ideologías, son estos mismos los que nos mataron, los que nos vendieron, los que traicionaron a la patria. Son estos mismos que hoy se llaman oposición los que sembraron el hambre, son Cobos, Menem, Morales, Carrio, Duhalde, Macri, son ellos la versión moderna de la revolución libertadora, el proceso de reorganización nacional y el pum para arriba de los 90 y el 2001, son estos tipos y sus cómplices del monopolio comunicacional los que quieren ser herederos de la caída de Cristina, para deshacer todo lo que hemos logrado inimaginablemente hasta hoy, una vez más.

Los medios de comunicación, que no son más que el reino del comercio y lo fructífero, nos quieren vender a estos candidatos como la salvación nacional, cuando la única verdad es que son solo un cuento de liberación que se presenta contrario a toda ideología, no pretenden construir un país, sino mas bien, construir la cuenta corriente bancaria. Ahora, la pregunta es ¿Por qué los medios hacen lo que hacen? En la década de los 90 nos vendieron todo y nadie dijo nada, ¿eran socios? ¿Fueron socios de la dictadura? ¿Por qué hicieron silencio? Se ve que el Kirchnerismo no quiere distribuir la riqueza, no le dio plata a Clarín, ni a la Iglesia, ni al campo, ni a los militares, ni a la oligarquía de siempre. ¡Qué tontos! ¿Cómo no van a comprar a los diarios y a la televisión? ¿Cómo no van a negociar con los ricos de Argentina? ¿Cómo van a blanquear la compra de dólares? ¡Qué tonta Cristina!

Son estos periodistas berretas y, muy generosamente, asalariados los que demonizan a Milagros Sala, a las abuelas, a Cristina y a todo aquel que tenga en miras hacer algo en función del otro ¿Sera que les molesta que tengan memoria, en tiempos de amnesia obligatoria? Es la televisión, la radio y el periódico los que nos dicen la “verdad” y nos manejan la subjetividad como un arriero a sus mulas, son estos medios los que posicionan candidatos y los que nos dicen lo que está bien o mal siempre conforme a sus intereses y voluntades.
Las empresas de la comunicación hacen del dinero la medida de todas las cosas, no tienen escrúpulos y, mucho menos, conciencia nacional. Estas harán lo que este a su alcance por seguir incrementando las cuentas, mientras nosotros vamos a volver a ser embaucados y desvalijados. Les pido a todos los que se tomaron la molestia de seguirme en estas humildes líneas, que estén a la altura de las circunstancias, ya que estamos en un periodo de los más interesantes que tuvo la Argentina, y seamos lo suficientemente patriotas para impedir que lo peor de nuestro pasado vuelva por nosotros.


Gonzalo Pereyra Saez
15 de marzo del 2010

martes, 15 de diciembre de 2009

Conceptos básicos para no subsumirse en la precariedad mental Marceliana


Conceptos básicos para no subsumirse en la precariedad mental Marceliana
Resulta pornográfico, al menos para mí, el ambiente televisivo al que nos tienen acostumbrados y, por sobre todo, la concepción de hombres y mujeres exitosos que la televisión nos quiere vender, sin miramientos, sin piedad y sin respeto, a diario. Hombres con ropa Versace, bronceados, en BMW, con mujeres de tetas operadas y pelos platinados, hombres sin ideas, sin compromisos y carentes de valores. Hombres que no conocen ni reconocen otra ley que la ley del darwinismo social, la ley del capital, la que pone a una especie por sobre otra, la que desmerece el trabajo, la que se parrandea con la pobreza y hace de la necesidad un negocio. Hombres y mujeres que viven por y para la acumulación de productos suntuarios, ideologías vacías, aprovechamiento, culos y tetas. Hombres y mujeres, con sonrisas idiotas, que constituyen la opinión pública dejándonos, a todos, en una indigencia intelectual inimaginable.
Yo Gonzalo, un don nadie, antes de poder expresarme o exteriorizar mi opinión en cuanto a la inseguridad de nuestra sociedad, acostumbro a preguntarme ¿De dónde saca el capital el capitalista? ¿Habrá sido del saqueo? ¿Habrá sido de la conquista del desierto? ¿O los grandes productores agropecuarios obtuvieron las tierras, que hoy explotan, de manera legítima? ¿Por qué un niño de 10 años opta por aspirar poxipol en lugar de jugar a la pelota? ¿Este niño escoge, distingue? Si los chicos de la calle viven en la violencia y se someten, a cada momento, a la indiferencia y al desprecio social ¿por que pretendemos que cuando sean adultos sean buenos y disciplinados? Si ellos en vez de jugar con autitos, juegan con bolsas de basura en el CEAMSE. ¿Por qué los economistas y la TV llaman calidad de vida a la cantidad de cosas? ¿Por qué nos masturban consuetudinariamente con cosas que no podemos tener? El marketing manda y la realidad nos estampa la puerta en las narices. ¿Por qué Marcelo habla? ¿Por qué habla Susana y Mirta? ¿Cuándo velaron ellos por los pobres, por los necesitados, por los que no tienen nada, por los olvidados? ¿Cuándo tendieron, ellos, al bien del otro con la misma firmeza que al bien propio? Nunca, jamás.
La inseguridad es el resultado natural y lógico del modelo teórico que oriento al sistema en el que nos desenvolvemos como sociedad y, también, como especie. El capitalismo y el liberalismo, que se focalizan en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado, dejaron como resultado riquezas concentradas en unas pocas manos y, por oposición, una gran mayoría de personas que vive para sobrevivir. Adam Smith sostenía que la propiedad privada de los medios de producción y el libre juego de la oferta y la demanda iban a determinar la vida económica de los estados, pues bien, tenía razón. El sistema arroja pobres y, donde hay hambre, hay criminalidad. No es muy complicado, es el resultado antinatural del orden de las cosas, son los estropajos del sistema, totalmente previsibles para los ideólogos de esta gran mentira.
Todos los estados y potencias centrales, que manejan el mundo y son los señores del solar servil, son cómplices y responsables directos, junto al Vaticano, también, del hambre y la violencia que sufren los países en “vías de desarrollo”. Fueron, y son, los que terminaron con los estados socialistas, los que promovieron los regímenes militares en los países de América, los que endeudaron y ultrajaron a todos los países débiles del mundo por medio del FMI y el banco mundial, estos tipos son la máxima expresión del crimen organizado, estos tipos son la ultraderecha, los culpables de que el mundo este de cabeza y sus socios en nuestro país, consientes o inconscientes, son Marcelo, Rial, Moría, Sofovich, Mirta, Baby, Eduardo Feinmann, La derecha, Macri, los militares, Lilita, Carlos, los medios, Neustad, Grondona, Susana, las multinacionales, coca cola, Clarín, Ricardo Fort, las pelotudas que bailan en el caño, Mc Donald y toda la mierda que nos meten día a día. ¿De qué se quejan? Si son ustedes los que contribuyen a que todo este como este, quizás no por acción, pero si por omisión. Ustedes le hicieron un mal irreparable a la sociedad, desde lo cultural y desde lo humano. Son el cáncer de mi país, son los culpables del cabaret inescrupuloso que tenemos de escuela, del circo y de la pizza con champagne.
No hay que combatir la pobreza, hay que combatir a Marcelo, a Susana, a la riqueza desmedida y a toda esa basura de cuarta que nos venden. Esa forma de entretenimiento nos deja varados en un abandono y en una precariedad intelectual que no tiene precedentes y, lo que es mucho peor, no tiene marcha atrás.

Gonzalo Pereyra Saez

viernes, 16 de octubre de 2009

Dia de la Lealtad





"Es evidente que en todos los movimientos revolucionarios existen tres clases de enfoques: el de los apresurados, que creen que todo anda despacio, que no se hace nada porque no se rompen cosas ni se mata gente. El otro sector está formado por los retardados, esos que quieren que no se haga nada... Entre esos dos extremos perniciosos existe uno que es el equilibrio y que conforma la acción de una política, que es el arte de hacer lo posible..." (1973).
Discurso en la CGT, 2 de julio de 1973.




"La Patria no consiste en el tiempo limitado de nuestras vidas. Nos prolongamos en nuestros hijos como en nuestras obras. En consecuencia, aspiramos a proporcionar a las generaciones de mañana una vida más plena. Más fuerte en el respeto de sus derechos. Más feliz en el cumplimiento de sus deberes".


jueves, 15 de octubre de 2009





No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

martes, 13 de octubre de 2009

Masoneria y el Libertador

Liberté, égalité, fraternité




La Francmasonería o masonería es una organización autodenominada como de carácter iniciático, filantrópico y filosófico. Sus miembros y simpatizantes sostienen que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomentar el desarrollo intelectual y moral del ser humano. Los masones, tanto hombres como mujeres, se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada "Gran Logia", "Gran Oriente" o "Gran Priorato".

Aparecida en Europa entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, la masonería moderna o "especulativa" ha sido descrita a menudo como un sistema particular de moral ilustrada por símbolos. Se presenta a sí misma como una herramienta de formación, con un método particular que, basado en el simbolismo de la construcción, permite a sus miembros desarrollar su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir estos valores a su entorno.



San Martín fue un masón iniciado en España. El historiador Alcibíades Lappas, en su libro La masonería a través de sus hombres, ubica la iniciación a principios de 1808, siendo San Martín edecán del general español Francisco María Solano, marqués del Socorro, capitán general de Andalucía quien lo inició en la Logia Integridad de Cádiz. Posteriormente se afilió a la Logia Caballeros Racionales Nro. 3 donde recibió el grado de Maestro Masón. Este dato lo obtuvo el historiador de una publicación del gobierno franquista donde se probaría que la gran mayoría de los militares americanos que encabezaron los movimientos de emancipación americana eran masones.




San Martín tomó contacto con la masonería en Londres. En esta versión, el mismo Lappas afirma que Sir Charles Stuart participó con San Martín en la fundación de la Logia de Caballeros Racionales Nro. 7 de Londres. En esa ciudad fue recibido fraternalmente por prominentes masones quienes arreglaron los pormenores de su viaje a Buenos Aires, donde tomó contacto con el Venerable Maestro de la Gran Logia Independencia, el doctor Julián B. Alvarez, quien lo introdujo en la sociedad porteña y lo ayudó en la fundación de la Logia Lautaro.

En 1861 sus restos fueron trasladados a la bóveda de la familia González Balcarce, ubicada en el cementerio de Brunoy, Francia. Luego hubo varios intentos de repatriarlos. Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se creó la «Comisión encargada de la repatriación de los restos del Libertador», hecho que finalmente se produjo el 28 de mayo de 1880.


Una teoría sostiene que la Iglesia Católica se habría opuesto a que se depositaran sus restos en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires, frente a la Plaza de Mayo, que es donde descansan actualmente. Según la versión, la Iglesia Católica, apoyándose en los cánones apostólicos romanos y en virtud de la supuesta filiación masónica del general San Martín no podría consentir la petición, pues la Iglesia sancionaba la pertenencia a la masonería con la excomunión. Por este motivo no podría ser alojado en un templo consagrado.[16] Tras largas negociaciones se habría alcanzado un acuerdo, en virtud del cual el féretro descansa actualmente en un mausoleo fuera de la planta principal de la catedral, e inclinado con su cabeza hacia abajo. Se cree que esta posición es un símbolo de la supuesta condena infernal a la que —según la Iglesia— estarían expuestos los masones. Esta teoría ha sido negada por importantes autoridades sobre el tema, tal es el caso de Jorge Estol, presidente del Instituto Sanmartiniano, que al respecto de la inclinación que presenta el cajón ha dicho que: «El espacio fue construido con menor espacio al que correspondía y cuando llegó el ataúd desde Francia, que tenía doble cobertura, no pudo ser acostado totalmente por un simple error de cálculo». Esto explica la posición inclinada, pero no explica por qué se colocaron los pies de San Martín hacia arriba, y la cabeza hacia abajo.

viernes, 14 de agosto de 2009

Carta Abierta




Corren tiempos difíciles para los argentinos, difíciles para la cultura y, mucho más aun, para la conciencia emancipada. Vivimos un ciclo de restauración oligárquica, en la que se juega el pellejo nuestro porvenir. Esta revolución conservadora intenta desplazar el pensamiento a través de los medios de comunicación, con su pornoglamour y Marcelo, su imbécil colonizador, dejándonos sin más que el arcaísmo cerebral. Son estos grupos financieros, mal llamados medios de comunicación, los que nos advierten la obligación que tenemos de pensar, decir, hacer y consumir lo que a ellos se les viene en gana, nos anuncian la necesidad que tenemos de formar parte de una cultura en la que las personas se miden por el reloj, el auto y la casa más grande del barrio cerrado, y nos invitan a creer que el que no usa perfume importado esta fingiendo existir.

Hay que doblegar la ideología del banquero, la que nos quiere vender Clarín, esa doctrina en la que el mundo es así desde siempre y no se puede cambiar por razones del orden natural de las cosas, esa que se funda en que los pobres son pobres por su falta de esfuerzo y capacidad, esa ideología en la que el mundo se divide en débiles y fuertes, en lindos y feos, esa que no soporta que, aun siendo pequeños, hayamos decidido vivir de pie. Hay que oponerse, de forma inquisidora, a esta corriente “ideológica” que hace del dinero la medida de todas las cosas. El pueblo argentino tiene el deber moral de abrirle paso a la conciencia, de abandonar esa costumbre, ese vicio mejor dicho, de permitirle al señor del latifundio que piense por nosotros. Son los medios de comunicación concentrados en unas pocas manos, que cada vez son menos, los culpables de la deformación, los que ponen fin a la ideología, los que siembran la miseria y la pobreza que a posteriori llaman inseguridad, son ellos los que estimulan el consumo descarriado de unos pocos y el hambre de otros muchos. Son, ni más ni menos, la herramienta por la cual los sicarios nos colonizan.

Es interesante, en el ámbito mediático, el rol que juega la publicidad y el marketing, instrumentos que glorifican el espíritu de las grandes multinacionales y que se rigen por la ley que no conoce ni reconoce otro fin más que la producción inagotable de riquezas, aplastando todo a su paso y con bríos por erradicar a la competencia, inspirados, por supuesto, en Adam Smith. Lo que es más curioso, es el bombardeo incesante de mensajes tendenciosos que pretenden, con mucho éxito, generarnos una necesidad, pero el marketing manda y el bolsillo nos estampa la puerta en la cara, es decir, la economía nos prohíbe consumir, el consumo es para pocos. Los medios dominantes que dominan con los miedos, con la industria de la violencia y el desamparo, actúan al servicio de esos locos e inofensivos sectores de derecha que se ocultan, entre las sombras, reduciendo las relaciones humanas, dejándonos sordos, mudos y confundidos.


Por otra parte, cabe mencionar, la excelente labor periodística, la que embauca, enreda y nos somete al pánico de vivir, pánico de perder la casa y el auto, pánico de cruzarnos con esa gente morochita que no sabe perder, esa gente infernal que es violenta por que le gusta serlo, esa gente excéntrica que disfruta matar el hambre con pegamento, esa que nos odia, aun siendo “inocentes”. Hay que darle gracias al periodismo, ese que constituye la opinión pública, ese que le sugiere al taxista que decir, el que fabrica la victoria de De Narváez y de Macri, ese que responde a la ley universal, la ley de mercado, esa que solo tiene en miras la monopolización de la riqueza y el poder político. Hay que darles gracias al periodismo argentino por tener vocación y estar convencido de lo que manda el dueño de los cañones, por ser fiel al amo y cumplir con el propósito de incomunicar al pueblo y educarlo conforme a sus intereses. Son, ni más ni menos, que los siervos de los altos grupos económicos, son la mano de obra preparada para que la oligarquía decida como repartirse la patria, como repartirse la vida.


Todo lo citado en los párrafos anteriores nos lleva, fatalmente, a la derecha conservadora que nos mueve los hilos día y noche y nos utiliza, a través de los medios, a su gozo a fin de que las clases medias y bajas los apoyen a incrementar las arcas, es decir, a que nosotros luchemos por ellos contra todos los obstáculos que impidan la maximización de sus beneficios. Fue la derecha, esa insaciable de lujos y productos suntuarios, la que logro el apoyo de la sociedad en el conflicto con el campo, fue la derecha la que nos confundió a Miguens con un peón o un pequeño productor, fue la derecha con su socio el televisor la que nos enmarañó con su arte de engañar al prójimo para impedir la igualdad, la justicia y la redistribución, que no es más que sacar de donde sobra y poner en donde falta. La derecha, esa aristocracia agropecuaria heredera de la conquista del desierto representa, junto con sus asociados, la máxima expresión del crimen organizado. Es la derecha el cáncer de nuestra sociedad, esa asesina que apoyo el golpe de la revolución libertadora y el proceso de reorganización nacional, es la misma que desprecia la honestidad, desprecia al trabajador y premia la injusticia y la renta parasitaria. Es la derecha la que condena a los trabajadores, a los bajos, a los medios, a los flacos, a los hijos de nadie, a lo que no tienen nada. Es la derecha la que aplica el terrorismo, la que nos borro el lenguaje y la memoria, la misma que se ha robado todo, ayer y hoy. No busquen mas, ellos son.


Tengo un mensaje para esa derecha argentina, a la que odio inimaginablemente, quiero que presten mucha atención: “Quien siembra miseria cosecha cólera”. Dejen de ultrajarnos la vida, de someternos y esclavizarnos, dejen de reírse de nosotros, dejen de robarnos los sueños, la esperanza, dejen de vendernos mentiras, dejen de llenarse los bolsillos con el sacrificio ajeno, déjennos vivir en paz, porque va a llegar el día en el que los ejércitos perdidos, los ejércitos del hambre, van a ir por ustedes y por su democracia de clases, por sus hijos y sus nietos, van a ir en búsqueda de lo que les han robado, de la dignidad y la infancia, de la alegría, los sueños y la esperanza. Los pobres se alzaran contra la injusticia de nuestra sociedad, que funciona como motor de toda rebelión, y la inseguridad, será entonces mucho más insegura.

Gonzalo Pereyra Saez 4 de agosto de 2009